En el Camino de las Altas Cumbres el paisaje reserva una invitación imposible de rechazar.
Es gratis, es autoguiado, es un parque nacional abierto al público. El trekking a la Quebrada del Condorito insume dos horas de ida y dos horas de vuelta, pero la felicidad te dura hasta que vuelvas. Siempre el mismo, siempre diferente. Siempre hermoso.
En realidad, los siete kilómetros hasta el Balcón Norte te pueden llevar las horas que quieras porque es difícil no detener la marcha frente a tanta abundancia. Dan ganas de sentarse en cada roca a mirar, a respirar hondo para llevarse a casa un poco de ese cielo.
Para que el paseo salga perfecto, lo más recomendable es tomar por Falda del Carmen, y ahí mismo en el enlace, parar cinco minutos en el almacén de Quito para comprar el sándwich del almuerzo. Te lo preparan en el momento, de pan francés, sin corteza. Mi preferido, el de jamón crudo y queso.
Ponete las zapatillas
Las instrucciones son sencillas. Solamente hacen falta un par de buenas zapatillas (de buena suela, en realidad), una botella de agua, algo para comer durante la marcha y ganas de sentirse muy bien. De todo lo demás se encarga el camino.
Nadie podría haberlo diseñado mejor. Por momentos dorado de pastizales, en otros pura piedra y roca. Pajaritos por todos lados. Ya cuando ganamos altura, el horizonte infinito se pone a nuestra disposición para que juguemos a encontrar los valles, los lagos, los pueblitos, que siempre vimos en los mapas.
Un dato: el acceso al Parque está en el kilómetro 60 del Camino de las Altas Cumbres, a mano izquierda (si vamos en dirección a Mina Clavero), pero si no vas muy atento podés llegar a pasar de largo porque no hay ningún cartel en esa mano que indique el ingreso.
¿Con chicos?
Me preguntan si el trekking a la Quebrada del Condorito se puede hacer con chicos. Creo que eso dependerá del adulto (o del niño). Personalmente, yo no lo haría con nenes muy «revoltosos» ni muy pequeños.
El paseo es intenso aunque amable en cuanto a exigencia física, pero hay precipicios cercanos, piedras sueltas, y el tramo final es bastante escarpado y puede resultar riesgoso, o estresante, o cansador, si hubiera que llevarlo mucho tiempo upa o estar al salto por las cosas normales que hace cualquier niño. Cada uno sabrá moverse con sus circunstancias.
Hay siete kilómetros hasta el cañadón del Balcón Norte que funciona como dormidero y escuela de vuelo de los cóndores. La senda tiene 10 estaciones y está señalizada. Hay que calcular unas tres horas para ir y dos para volver. El regreso siempre resulta más breve; será que ya vamos buscando el auto. Abre de 9 a 18. La entrada es libre y la salida, feliz.